Eran parecidos a los Diplodocus, sólo que más esbeltos; incluso podían parecer gráciles. Sus patas, más largas y estrechas; el cuello, también. Sorprendente en unos bichos tan enormes y acorazados que medían hasta 20 metros y podían alcanzar entre 20 y 30 toneladas de peso. Se llamaban titanosaurios; eran dinosaurios fitófagos que se alimentaban de arbustos, plantas y hojas de árboles, y poco antes de extinguirse, hace unos 65 millones de años, al final del cretácico superior, se paseaban a sus anchas por un territorio subtropical.
El yacimiento de dinosaurios más importante de la Península Ibérica se encuentra en la localidad de Fuentes (Cuenca). Cincuenta técnicos trabajan a marchas forzadas en las excavaciones, que se encuentran en el recorrido de la línea de Alta Velocidad Madrid-Cuenca-Valencia.
Un paleontólogo aficionado en Suiza puede haber desenterrado el mayor cementerio de dinosaurios de Europa, tras extraer los restos de dos plateosaurios. Los huesos de los dinosaurios salieron a la luz durante la construcción de una casa en el pueblo de Frick, cerca de la frontera alemana.
En 2006 se puso en marcha un proyecto para estudiar las huellas, encabezado por Oriol Oms, geólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona y coordinador de un estudio de las icnitas (pisadas) de los dinosaurios en el Levante ibérico, según informa este miércoles El País.